La tendencia de los gatos a escapar de casa, para investigar nuevos territorios, puede poner en grave riesgo su seguridad.
Desorientarse y no encontrar el camino de vuelta, ser atropellados por un coche, o sufrir una terrible caída desde alguna ventana, son alguna de las consecuencias principales que puede sufrir un gato “escapista”. Y que pueden plantearnos grandes quebraderos de cabeza.
Afortunadamente, hay maneras eficaces de prevenirlo 😀 .
Microchip identificativo para mi gato.
Es muy importante, en cualquier caso, dotar a nuestra mascota de un microchip, de manera que, si se pierde, cualquier persona pueda llevarla a una consulta veterinaria, donde podrán identificarla, y localizarnos.
El microchip no es más que una pequeña cápsula, del tamaño de un granito de arroz, que contiene los datos identificativos del animal, y que se inserta en su piel a la altura de la nuca. Independientemente de su obligatoriedad, según el territorio, es muy conveniente su uso tan pronto nuestra mascota cumpla los tres meses de edad.
Esterilización o castración.
Centrándonos en la prevención de las huídas, nos será más fácil establecer una buena estrategia para evitarlas, si conocemos las causas por las que un gato tiende a querer escapar. Hay veces que, aunque tengan agua y alimento a disposición, zonas de descanso y recreo, y los mejores accesorios, nuestro animal sigue queriendo traspasar los límites de su zona de confort para investigar otras latitudes.
Sobre todo ocurre en el caso de los gatos macho en épocas de celo, por lo que es recomendable considerar su esterilización o castración. Con ello disminuirá su ansiedad por escapar de casa, y además es algo que nos suele aconsejar el veterinario para evitarle posibles problemas futuros de salud.
En el caso de mis gatis, mi falta de información me llevaba a oponerme a esterilizarlos, me parecía que era hacerles pasar por un sufrimiento innecesario. Pero finalmente me di cuenta, gracias a los consejos de mi veterinaria, y a los lamentos de ellos en las épocas correspondientes, que no le iba a suponer un mal, y les causaría un gran beneficio. La operación es muy sencilla, y en pocos días están reestablecidos completamente.
Ésta es Dina durante el postoperatorio. Se le adaptó una malla para proteger la herida de la operación mientras cicatrizaba.
Cuidado con las alturas!.
NO! LOS GATOS NO TIENEN SIETE VIDAS!!! 🙄
Uno de mis mayores temores durante el tiempo en que convivía con mis gatis en la planta séptima de mi anterior vivienda, es que pudieran caer por el balcón o alguna ventana. Había que estar siempre pendientes de no dejar abierta ninguna. Lo pasaba tan mal, que a veces incluso tenía pesadillas en las que uno de ellos se desplomaba por algún resquicio, y yo no podía hacer nada.
Además iba llegando el verano, y había que idear algún sistema para poder tener ventilada la casa sin riesgo a que los gatis pudieran caer desde alguna ventana.
Entonces me puse a investigar, y encontré la solución, las famosas:
“Redes para gatos”.
Se trata de unas redes fabricadas en un nylon muy resistente, que a la vista resultan casi invisibles, y que se pueden adaptar a cualquier hueco. También se fabrican en otro material, de seguridad reforzada con alambre. Son muy fáciles de instalar, y proporcionan una gran tranquilidad.
En el caso de las ventanas del lavadero, la sujeté arriba y abajo de la ventana, a unos rieles para visillos y a los extremos con velcro extra fuerte, ya que necesitaba poder retirarlas fácilmente para tender.
En otras ventanas de la casa las aseguré mediante hembrillas.
“Redes para gatos” en patios y jardines.
Cuando nos mudamos a mi actual vivienda, ya no había peligro de caídas, ya que es un piso en bajo,… peeeeroooo, sobre todo mi gato Sushi, seguían queriendo investigar nuevos territorios. 😕
Sushi saltaba cada tres por tres la valla de mi patio, se iba, y volvía cuando le apetecía. Y yo, no hacía más que buscarlo por todas partes. Una vez que tardaba mucho en volver y no lo encontraba, tuve incluso que pedir ayuda en Facebook.
No acababa de averiguar cómo proteger esa valla para evitar que se escaparan por ahí… Pero finalmente, reto conseguido. 😎 😀 😀
Con un metro de ancho de la “red para gatos” por los diez aproximadamente lineales que mide la valla, puede desplegarla sujetándola a unas varas de aluminio que dispuse repartidas. Se trataba de inclinar esas varas hacia dentro del recinto formando un ángulo de unos 90º. Una vez el gato trepa y llega al final, se encuentra la red sobre su cabecita, y no puede sobrepasarla ni por tanto acceder al exterior.
Lo bueno de estas redes es que puedes adaptarla a cada caso. Siempre surge alguna idea para instalarla.
Yo las adquirí en Zooplús, (también disponible en Zooplús Francia) donde disponen de muchas medidas diferentes, y cientos de imágenes de cómo la han instalado los clientes, lo que es muy útil para servir de inspiración. Pero también podemos encontrarlas en Amazon
Redes Protectoras Para Gatos
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