Descripción
MÁS DETALLES SOBRE LOS BENEFICIOS DEL KÉFIR
en este magnífico vídeo de “El Arrecife”:
¿CÓMO PRODUCIR Y MANTENER KÉFIR DE LECHE?:
Con el envío de KEFIRALIA® recibimos también un manual de cuidados para perpetuar su cultivo (40g de Hongo / Nódulos de Kéfir de Leche + Instrucciones + Recetas + Ayuda y asesoramiento).
Pero para que te hagas una idéa, si no lo has preparado nunca en casa, te comento, mis recomendaciones para producirlo y cuidarlo:
Utilizar envases de vidrio; colador de plástico; cuchara de madera o plástico
No son recomendables los utensilios de metal ni durante la fermentación, ni en ningún momento de la manipulación de los gránulos, pues su contacto puede dañarlos
Una vez colados y bien escurridos los gránulos (desechamos la producción que nos llega con el envío), los introducimos en el tarro de vídrio, y lo cubrimos de leche, preferiblemente entera y no pasteurizada. ½ litro de leche por cucharada de gránulos.
No sellar herméticamente el tarro Porque la fermentación del Kéfir genera cierta cantidad de dióxido de carbono, y para que pueda expulsarse del recipiente.
Lo aconsejable es taparlo con un una servilleta sujeta con una gomilla. Y mantener el recipiente, cubierto con un paño y en un lugar oscuro y fresco alejado de la luz, en reposo en un lugar de poco tránsito. Un mueble de cocina que no suela usarse con frecuencia.
El tiempo de reposo para obtener un buen Kéfir depende de la climatología del lugar, a mayor temperatura, menor tiempo de reposo. Por ejemplo aquí en Andalucía, en los veranos, en que podemos tener entre 30 y 40 grados cómo media, bastan no más de 24 horas; mientras que, en invierno, con temperaturas de entre 10 y 15 grados, puede dejarse en reposo día y medio o dos días.
El proceso de fermentación, por el que los nódulos se “alimentan” de la lactosa, se relentiza a menor temperatura. De hecho es por esto que, si vamos a estar unos días sin consumir nuestro Kéfir, podemos mantenerlo vivo con leche en el frigorífico durante una semana. E incluso podemos congelarlo.
Una vez terminado el reposo (de 24 a 48 horas, según temperatura), colarlo muy bien, hasta escurrir todo el producto, que será nuestro deliciosso Kéfir listo para tomar.
El kéfir no debe endulzarse con azúcar ni con miel Porque que la mezcla de azúcar con el kéfir libera gas carbónico, que puede producir malestar digestivo. Porque la miel tiene propiedades antisépticas, y puede por tanto perjudicar la población microbiana de nuestro cultivo. Lo ideal para endulzar el Kéfir es la Stevia. O la canela. O sencillamente no endulzar. Aunque, si no se está acostumbrado, al principio el olor y sabor resultan un poco fuertes, cómo a queso, (es un fermentado de la leche), se acaba saboreando tan agradable y fresco que, hay quienes, cómo en mi caso, no necesitamos edulcorarlo
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Una vez obtenido el producto, enjuagaremos bajo el grifo, cuidadosamente, el recipiente de vídrio en que estuvieron fermentando nuestros gránulos y, con una servilleta de papel, lo secaremos hasta que no quede una gota de agua
Porque el agua del grifo contiene cloro, para destruir los patógenos y bacterias “malas”, por lo que puede comprometer también la vida de las levaduras y bacterias beneficiosas de nuestro cultivo
Por lo tanto, el recipiente debe quedar completamente limpio y seco, y, una vez hecho esto, repetiríamos el proceso introduciendo de nuevo en él nuestros nódulos previamente bien escurridos y, por el motivo comentado, SIN LAVAR CON AGUA DEL GRIFO!!!!. Cubrimos de leche…, y a reposar sus horas correspondientes 😎 😉
Se explica genial en éste vídeo de Youtube
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